Q&A con Laia Sabaté: especialización, máster sanitario, primeros pasos, captar pacientes y evitar errores al empezar.
Alicia nos explica sus inicios, por qué decidió emprender y cómo ha gestionado los buenos y malos momentos.
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Tras la expectación que despertó la mesa redonda acerca de cómo empezar de cero en psicología, decidimos abrir una convocatoria Q&A para responder preguntas concretas y resolver dudas.
A los inscritos os pedimos enviar vuestras dudas y la sesión estuvo enfocada al 100% a resolverlas. La psicóloga influencer Laia Sabaté respondió con maestría a partir de su amplia experiencia y conocimientos.
Pregunta: Aún no tengo al 100 % definida mi línea teórica. ¿Es bueno especializarse? ¿En qué y cómo lo elijo si no lo tengo claro?
Laia Sabaté: Esta es una cuestión muy importante. Cuando se habla de línea teórica normalmente se hace referencia a la corriente psicológica.
En mi caso, durante la carrera sentía interés por algunas corrientes que no eran el enfoque principal de lo que estaba estudiando. Me llamaban la atención, pero tampoco las conocía lo suficiente como para saber si realmente me iban a gustar o no.
Yo me especialicé en corrientes bastante después de empezar a ejercer. En parte porque una cosa es lo que piensas y otra lo que te encuentras en la práctica diaria. La experiencia cambia mucho la perspectiva.
Cuando estudias la carrera y el máster de Psicología General Sanitaria, o cualquier otro máster, normalmente ya hay una corriente —habitualmente conductual— que te permite empezar a trabajar. Con eso estás más que preparado para ejercer.
Todo lo que le quieras añadir después es positivo. Para mí, además, es una muy buena opción sumar elementos a esa corriente inicial. Pero creo que es importante empezar a ver casos para entender el sentido real de cada enfoque, por qué eliges una corriente y por qué puede servirte mejor.
Aun así, aunque con la práctica haya una que te acabe gustando más, no creo que sea imprescindible que te guste como tal, sino que la veas útil para los pacientes.
No me parece tan importante decantarse desde el inicio por una sola corriente. Creo que es importante conocer varias, probarlas y, con el tiempo, ir construyendo tu propio modelo integrador. Es normal no saber con cuál te identificas más cuando estás empezando y todavía no has visto las diferencias reales en la práctica.
P: ¿Vale la pena hacer el máster de Psicología General Sanitaria?
L.S.: Rotundamente sí, si quieres ejercer. Creo que todos hemos pasado por ese momento de rabia, de pensar que no quieres hacerlo, de sentir que es muy parecido a lo que ya has estudiado. Yo también pasé por esa fase. Decía que no quería hacerlo, pero cuando me llamaron pensé que era mejor hacerlo.
Hoy en día es muy difícil ejercer sin tenerlo, tanto por cuenta propia como ajena. Sé que existen vacíos legales, pero recomiendo hacerlo si puedes, aunque sea complicado por precio o por nota.
Sobre todo porque tendrás muchas más ofertas de trabajo a las que acceder, especialmente en el ámbito sanitario-clínico, y también por tu propia tranquilidad como profesional. No creo que una profesión como la nuestra deba sostenerse en chanchullos. No es la mejor forma de trabajar.
P: ¿Qué hay que entender para poder vivir de la psicología?
L.S.: Es una pregunta intensa. Para vivir de esto hay varios ámbitos a tener en cuenta. Lo primero que se me ocurre es asesorarte muy bien, porque implica tener un sueldo suficiente para vivir en un mundo que ahora es caro.
Asesorarte bien, formarte y cuidar toda la parte profesional es clave. Pero también es una profesión en la que la gente se quema mucho, como ocurre en salud o educación. Muchas veces entramos con mucha necesidad de trabajar y asumimos cargas muy grandes, como 40 pacientes a la semana, y eso es muy complicado.
No podemos hacer jornadas de ocho horas asistenciales. Además del asesoramiento fiscal y la formación, es importante entender que es una profesión delicada, no solo por los pacientes, sino por lo que nosotros vivimos en los procesos.
Es fundamental cuidarnos y entender los límites. Si haces las cosas bien, el boca a boca acaba llegando solo.
P: ¿Cómo empezar de cero sin experiencia?
L.S.: No recomiendo empezar directamente por cuenta propia. Es muy complicado hacerlo sin experiencia ni contactos, no solo profesionales, sino humanos.
Yo empecé por cuenta ajena y me funcionó muy bien. Entendí que si quería trabajar con personas, tenía que tener trabajos, voluntariados y experiencias relacionadas con personas, aunque no pudiera decir en el currículum que estaba trabajando como psicóloga.
Eso genera experiencia real: tratar con familias, con niños, con personas. Y esas habilidades no son tan diferentes de las que luego necesitas en consulta.
Si no sale trabajo en un centro, empezar por experiencias relacionadas es ir subiendo escalones. En psicología no hay muchos rangos intermedios: o eres psicólogo o no lo eres. Esos rangos previos son experiencias relacionadas.
También recomiendo mucho la parte online por la menor inversión inicial. Montar un centro o alquilar un despacho supone una inversión grande que no sabes si vas a recuperar.
Hoy en día hay dos vías principales para conseguir pacientes: publicidad o generación de contenido. Y también es importante hablar de lo que haces con tu entorno, porque muchas oportunidades surgen así.
P: ¿Qué errores habría que evitar al empezar?
L.S.: El primero es coger demasiados pacientes.
Otro error es querer tener claro desde el inicio, al 100 %, dónde vas a estar. Tenemos muchos años para especializarnos y necesitamos probar cosas.
Especializarse al principio no debería suponer una carga económica excesiva. No es buena idea gastar dinero en muchas formaciones oficiales sin saber todavía hacia dónde vas. Es mejor empezar con formaciones más pequeñas, prácticas y accesibles.
Aun así, la formación es una inversión económica importante. Como no podemos hacerlo todo, conviene que cuando hagamos una formación sea algo que realmente nos interese.
Y, sobre todo, el mayor error, especialmente si trabajamos como autónomos, es no asesorarnos bien. A veces los psicólogos somos muy vocacionales y nos quedamos en la parte bonita de la profesión, pero no estamos jugando a tener un negocio: estamos teniendo un negocio. Hay que entender cómo funciona ser autónomo o una empresa.
P: ¿Cómo marcar objetivos en la primera sesión y hacer su seguimiento?
L.S.: Los objetivos me parecen muy importantes, pero creo que hay que enfocarlos con mucha humildad al principio.
Lo que el paciente trae en la primera sesión no siempre acaba siendo lo más importante a trabajar. Muchas veces el motivo de consulta se va desgranando y aparecen otras cuestiones.
Por eso, los objetivos del primer día muchas veces no son objetivos, sino hipótesis: puede que tengamos que trabajar esto o aquello.
En la carrera me enseñaron un ejercicio que sigo usando mentalmente. Lo primero es escuchar al paciente. Dejar de estar todo el rato en la mente del psicólogo pensando qué decir o qué hacer y escuchar realmente cuál es su sufrimiento y qué le está pasando.
A partir de ahí, empiezas a plantear hipótesis: si está relacionado con la infancia, con una relación negligente, con el trabajo, con la salud física. Esas hipótesis deben mantenerse presentes e ir relacionándolas con la información que va apareciendo.
Para el seguimiento, basta con escuchar muy bien y acabar entendiendo qué le pasa, qué crees que ha pasado para que esté así y qué necesita que cambie para mejorar su calidad de vida.
Es útil tener esa primera “página” en la historia clínica con las hipótesis y la dirección del proceso. Así, cualquier tema que aparezca se puede enlazar con ese foco y el proceso no se vuelve caótico, sobre todo en procesos largos.
P: ¿Cómo conseguir más pacientes, especialmente online?
L.S.: Lo primero es analizar qué necesidad hay en tu barrio o zona, cuántos centros hay, qué ofrecen y cómo puedes diferenciarte.
Cuando tienes claro lo que se necesita, tienes que ir a los lugares relacionados con eso: colegios si trabajas con infancia, colaboraciones con otros centros, generar comunidad.
Nuestro trabajo es solitario, pero la captación de pacientes no puede serlo. El boca a boca funciona: dejar tarjetas, colaborar con otros profesionales, generar red.
En el entorno online hay tres vías principales:
En redes sociales no se trata de vender servicios, sino de conectar con las personas, entenderlas y explicar lo que les pasa para que se entiendan mejor. La gente quiere elegir a su psicólogo y necesita ver cómo hablas, cómo piensas y cómo te vinculas.
No debe hacerse de forma comercial, sino genuina. Hacer redes solo por hacer no sirve; tiene que haber una conexión real.
El miedo a no tener suficientes pacientes no desaparece. No hay garantías, pero esforzarte aumenta las probabilidades. Hay que ser realista, saber cuánto riesgo puedes asumir y esforzarte dentro de ese margen, integrando razón y emoción.
P: ¿Qué porcentaje de pacientes llega por redes sociales frente al posicionamiento web?
L.S.: El 90 %. Dentro del mundo online, el 90 % llega por redes sociales. Fuera del online, también hay mucho boca a boca. No hago publicidad actualmente; al principio sí, en 2020. Sabemos de dónde llegan porque lo preguntamos en el formulario.
Las redes sociales fueron lo que me permitió emprender. No significa que más personas sea siempre mejor. Lo importante es encontrar una forma de visibilizarse con la que te sientas cómoda.
P: ¿Cómo funcionan las colaboraciones en psicología?
L.S.: Hay dos formas de escalar: contratar o colaborar con autónomos. Las colaboraciones son entre autónomos y son legales si se hacen bien. Si las condiciones son las de un trabajador con un contrato de colaboración, no es correcto. Si la persona es autónoma de verdad, con sus horarios, sus decisiones, cobra las sesiones y luego comisiona, entonces sí.
P: ¿Cómo gestionar horarios y límites?
L.S.: Es un tema complejo. Tenemos una profesión con más tardes que mañanas y es fácil acabar sin estructura.
El problema no es el horario en sí, sino la división de espacios. Tiene que quedar claro cuándo trabajas y cuándo descansas. El tiempo libre también es importante.
Si estás emprendiendo y quieres trabajar mucho, está bien, pero debería haber al menos una hora al día claramente libre, sin WhatsApp ni correos. Cuando descanses, descansa de verdad.
P: ¿Alguna recomendación final clave?
L.S.: Asesorarte bien a nivel fiscal y laboral es fundamental. Separar cuentas, saber lo que entra y lo que sale, y que el Excel sea tu amigo.
Y, para cerrar, centrarse en aportar y no solo en conseguir clientes. Si emprendes online, las redes formarán parte de tu día a día. Intenta encontrarles sentido y coherencia con quién eres y cómo quieres ayudar.
En Eholo, continuamos organizando formaciones y webinars acerca de todos los temas que ocupan a las psicólogas, ya sean nuevas profesionales o con experiencia. La facturación electrónica o la aplicación de la IA son algunos de los temas que ofrecemos. ¿Te interesan? Estate atenta al calendario de nuevas formaciones y… ¡esperamos verte allí! ;-)
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